
Trámites para comprar coche de segunda mano.

Son habituales las noticias sobre nuevas “starup” que planean producir increíbles unidades, como deportivos eléctricos de tirada exclusiva, pero pocas veces llegan a nuestros oídos que estos proyectos acabaron siendo un fracaso.
Los siguientes son planes más o menos arriesgados que acabaron mal, o sufrieron pérdidas importantes sin desaparecer del todo. Un ejemplo de esto lo encontramos en el De Lorean. Pero existen numerosos casos de marcas y productos que no consiguen ver la luz. En realidad el desarrollo de un coche es un proceso muy complejo, para llegar a producirse en serie y finalmente hacerlo rentable.
A veces los grandes del automóvil o proyectos que se crearon desde cero, ven truncados sus ambiciosos planes por la fuerte competitividad del mundo del automóvil. Estos son diez de esos coches que resultaron un fracaso.
Preston Tucker creó un automóvil del futuro. Tucker Corporation nace después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Ford, General Motors y Chrysler fabricaban coches de entreguerras sin prisas por renovar su catálogo.
La nueva firma exhibió un sedán, su diseño futurista fue su mejor presentación. Contaba con un motor de aluminio en la parte trasera, arquitectura bóxer y seis cilindros. La suspensión era independiente, con frenos de disco, un faro giratorio central, y un parabrisas que se desprendía en caso de impacto.
El precio de salida del Tucker Sedan fue de 2.500 dólares, más barato que el precio de sus competidores, lo que llevo a Tucker a una difícil batalla judicial. Finalmente solo se fabricaron 50 unidades. En la actualidad, el precio de este automóvil puede alcanzar los 2.000.000 de dólares.
General Motor ofreció vehículos para todos los gustos y colores durante los años 50 en América, ocupando el primer lugar en ventas. Contaba con una amplia gama de marcas de diferentes segmentos y tipos de clientes, Chevrolet, Oldsmobile y Cadillac, entre otras.
Así Ford decidió expandir su catálogo. Ford, Mercury y Lincoln se unieron y en 1957 anunciaron la creación de la marca Edsel, en honor del hijo Henry Ford, su fundador. Este automóvil se encontraba en una gama entre Mercury y los Lincoln. El primer año se matricularon 70.000 unidades, pero a pesar de la publicidad, dos años después se hundieron las ventas, y Ford decidió abandonar el proyecto.
Puede encontrarse una explicación en que las diferencias con los modelos de Ford y de Mercury eran mínimas, siendo estos últimos modelos mucho más asequibles.
Trevor Wikinson, un joven ingeniero de 23 años, crea la compañía británica TVR justo después de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo eran los modelos de competición aunque comenzó con reparación de turismos y camiones. En 1949 presentó el TVR Coupé.
A pesar de una demanda aceptable la calidad de construcción de los deportivos de TVR dejaba que desear dando lugar a cantidad de fallos mecánicos, recibiendo burlas de los círculos automovilísticos británicos.
Antes de llegar a su fin, la empresa cambió de dueños en varias ocasiones a punto de llegar a la bancarrota. Su destino no pudo evitarlo la adquisición de la compañía por parte del millonario ruso Nikolai Smolensky.
Entre 1880 y 1926 esta compañía holandesa construía carruajes y después coches. A finales de los 90, decidieron renacer la firma en modelos deportivos, apostando por su reconocido papel en la historia.
La tradición de la marca encajaba con diseños extravagantes. Pero los gastos de desarrollo y producción llevaron el proyecto al fracaso. La crisis financiera de 2008 hizo que tomaran decisiones muy duras, hasta su declaración en quiebra en 2014. Tras un proceso judicial poco después pudo reiniciar su trabajo.
Los nuevos proyectos para desarrollar coupés y crossovers que anunció la compañía posteriormente no llegaron a ningún sitio.
Al iniciarse los 80, a raíz de la crisis del petróleo del 73, General Motor redujo su producción de modelos clásicos por su consumo de combustible, apostando por nuevos proyectos de automóviles. Así nace en los 90 la marca Saturn, con sus propios componentes, especialmente diseñados para estos coches, incluso con su propio tejido de concesionarios. La marca capto el interés de los compradores.
Durante cinco años llegaron a producirse un millón de unidades, sin embargo la marca dejó de atraer nuevos clientes. Las ventas de modelos compactos de GM disminuyeron, así el éxito del Saturn se vio truncado.
A mediados de los 2000, se convirtió en una marca común, con poco ánimo comercial hasta su desaparición total en 2010.
Tras el éxito cosechado por Toyota con la firma Premium Lexus, los japoneses apostaron por una imagen abierta a otro tipo de clientes, captando la atención de un público más joven en el mercado norteamericano. El Scion fue presentado en 2002 en Nueva York, posicionándose como el coche de la generación Y.
Con la crisis iniciada en 2008 pensaron dejar de producir este modelo por un desplome de ventas provocado por la falta de poder adquisitivo de su audiencia.
En 2016 la marca fue sellada. Los modelos que aún no habían salido al mercado se vendieron bajo la firma Toyota. Un ejemplo lo encontramos en el crossover C-HR. creado en su origen como Scion.
El joven diseñador Gerald Wigert creó esta marca en los 70. Fue uno de los protagonistas en el desarrollo de las tres compañías del motor con más éxito en Estados Unidos. La compañía nació con el superdeportivo The Vector, presentado en los Ángeles unos años después.
Su objetivo era desarrollar modelos bellos y rápidos, sin embargo cada año se elevaba el precio de sus coches, cuando no habían empezado a fabricarse siquiera. El primero de los prototipos no estuvo listo hasta 1979.
Hasta 1989 el superdeportivo Vector W8 no salió al mercado, equipado con material de General Motors. Uno de los primeros clientes fue el famoso tenista de Agassi, pero fué tal la decepción por la calidad de un coche que había costado cerca de medio millón de dolares que su creador tuvo que devolverle el dinero. Su reputación cayó empicada y desde mediados del 2000 no se ha vuelto a saber más de la firma.
En la década de los 70, los compradores nortemaricanos miraban hacia los automóviles compactos de Europa y Japón, más asequibles. A raíz de eso, en Canadá que apenas tenía industria por la importanción de coches de Francia o Estados Unidos, aparece la empresa Bricklin que estrenó un deportivo llamado SV-1.
El SV-1 era un compacto, con diseño coupé, puertas de ala de gaviota y una carrocería de fibra de vidrio. Sin embargo la fiabilidad de este modelo se redujo por la escasez de elementos y el provisión de piezas, por parte de la industria nortemaericana. Además el precio era demasiado elevado. La producción no perduró más de dos años. En 2010 intentaron resucitar la firma con un eléctrico, pero nunca llegó a producirse.
Se trata de la famosa marca de la trilogia “Regreso al futuro” que interpretaba una máquina del tiempo. Jonh Delorian abandonó General Motor y fundó Delorean Motor Company en 1975. Su experiencia permitió a la marca crear su primer automóvil en un diseño realizado por Giorgetto Giugiaro.
La producción del Delorean se emplazó en Irlanda del Norte, ya que el ejecutivo británico se interesaba por generar nuevos empleos y dió soporte financiero al empresario. El precio de salida iba a ser de solo 12.000 dólares, pero al llegar al mercado ya costaba 25.000 dólares. Además el “look” del automóvil no se ajustaba a su dinámica (motor 2.9 V6 con 130 CV de potencia). Además, la escasa calidad de fabricación provocó quejas por parte de los compradores.
A esta situación se suman los problemas con la ley del propio Delorian que fue acusado de tráfico de drogas. Unos años más tarde cuando la empresa ya no tenía fondos, su creador fue absuelto por falta de pruebas.