Japón apuesta por el coche diésel mientras en Europa se demoniza.

Tomás Ordóñez Segovia
Japón apuesta por el coche diésel mientras en Europa se demoniza.

Tras décadas de batalla contra el diésel el país Nipón quiere ahora promover las ventas para que su parque diésel se coloque entre el 5 y el 10% antes de 2030.

Japón emprendió su drástica guerra contra el diésel a finales del siglo XX. Así los automóviles particulares de combustible diésel pasaron del 20% en 1990 a 0,4% en 2005.

Sin embargo, hace unas semanas anunciaba su objetivo para estimular el parque móvil diésel. Para ello ha aprobado un programa de ayudas que supone un descuento de 1.000 euros para cada coche con motor diésel, como afirma Libre Mercado. El principal argumento del país asiático es que los automóviles diésel de última generación contaminan menos que muchos de gasolina, y son una buena opción para cumplir las nuevas normativas de reducción de las emisiones

El mercado europeo dominado por los diésel.

Ocurre lo contrario en Europa. Las ventas de diésel son diametralmente opuestas. En Europa, durante décadas se fomentó la compra de coches diésel por medio de ventajas fiscales porque emitía menos C02. Tal fue el éxito que los fabricantes que quisieran hacer buenos número en Europa debían incluir diésel en sus líneas de producción.

De esto modo, las marcas japonesas tuvieron que desarrollar motores diésel casi en exclusiva para la comunidad europea. Toyota, Nissan, Honda o Subaru tardaron en conseguir un propulsor que de verdad pudiera ser competitivo. Hasta 2005 Honda no tuvo un motor diésel y se fabricó en el Reino Unido. Pero en la actualidad han cambiado el rumbo. 

La industria nipona sostiene que estos coches consumen un 25% menos que los de gasolina y emiten un 15% menos de CO2. Además han conseguido disminuir un 84% sus emisiones y un 91% las emisiones de partículas finas en 15 años.

Japón apuesta por el coche diésel mientras en Europa se demoniza.

La demonización de los motores diésel.

Subaru y Toyota anunciaron en el último Salón de Ginebra que abandonarían los coches diésel en Europa. Toyota apuesta por los híbridos, y Subaru solo se pasó al diésel para aumentar sus ventas en Europa. Por su parte Honda no cuenta con este combustible para sus nuevas generaciones. 

El abandono de los diésel en las líneas de producción viene de una progresiva demonización de este tipo de motores, como prohibiciones circunstanciales para circular o ciudades cerradas al tráfico de los diésel antiguos, medidas que han hecho caer las ventas de manera acelerada.

El año pasado en España los vehículos diésel fueron derrocados de su puesto de los más vendidos. Si en 2012 ocupaban una cuota del mercado del 69%, en 2017 pasaron al 48,3%.

Japón tampoco creía en los diésel en los 90 por considerarse altamente nocivos. En aquel entonces suponía un 20% del tráfico, y ese porcentaje era el máximo responsable de emisiones de partículas finas y óxidos de nitrógeno. En 2015 redujo la cuota a menos del 1%.

Japón apuesta por el coche diésel mientras en Europa se demoniza.

El gobierno de Tokio animaba a los particulares y empresas a no comprar, vendes o utilizar coches diésel. Su campaña de “Di no al Diesel”, revisiones fiscales para igualarlo con la gasolina, controles técnicos, persecución de infracciones y ayudas para cambiar de coches. Fueron medidas que causaron efecto en el resto del país nipón y en 2015 sólo había 738.615 unidades.

La resurrección del diésel, una propuesta ya planteada por Faconauto.

Las autoridades niponas están dispuestas a devolver el diésel al mercado del automóvil. Desde 2010, según los datos de los fabricantes, se considera que los de última generación son vehículos limpios para el medio ambiente. Aquellos que funcionan sin azufre, los denominados “diésel limpio”, se estiman como coches ecológicos incluso se liberan de algunas tasas. Y tienen un 75% de descuento en el impuesto de circulación. 

Mientras en Japón su objetivo es que en 2030 entre el 5% y el 10% de su parque móvil de particulares sea diésel, en Europa vemos en el diésel el combustible perverso, cuando en realidad se trata del vehículo de motor de combustión interna que menos CO2 emite.

Las posturas que adquiere Japón al respecto son diametralmente opuestas a las de otros países europeos. Desde Faconauto, patronal de concesionarios, ya se platearon propuestas encaminadas al diésel como una solución para afrontar las nuevas normativas de emisiones. Incluso se sugería incrementar en 20 puntos las ventas de diésel de última generación para satisfacer las exigencias europeas.

Desde la patronal se considera poco lógica la legislación que se desarrolla contra el diésel. No sólo emiten un 20% menos de CO2 que los de gasolina sino que además la introducción y producción de los eléctricos es aún muy insuficiente para poder cumplir la nueva normativa.

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