Durante los primeros meses de la pandemia, se produjo un conflicto entre la oferta y la demanda, cuando las ventas de concesionarios se colapsaron y la oferta de vehículos usados se redujo:
* La caída en las ventas concesionarios de coches nuevos llevó a una disminución de los intercambios entre minoristas, que es una fuente importante de la oferta de coches usados.
* Las compañías de leasing dilataron los arrendamientos para evitar tener que recuperar esas unidades durante ese tiempo, lo que llevó a un volumen reducido de vehículos de renting que forman parte del mercado.
* Los prestamistas de automóviles crearon para los clientes morosos programas de aplazamiento de préstamos, en lugar de recuperar el vehículo, por lo que esas unidades no regresaron al mercado como reposiciones.
*Grandes compañías de alquiler entraron en crisis, primero Hertz, la popular empresa de coches de alquiler se declaró en bancarrota a finales de mayo. Luego fue el turno de Advantage, y las unidades de las que necesitaban deshacerse se inmovilizaron en un tribunal de cuentas por lo que no se pudieron vender.
