
Trámites para comprar coche de segunda mano.

Un volante bimasa o doble masa es un tipo de volante motor que está diseñado para minimizar las vibraciones que se transmiten desde el motor de un automóvil al resto de su transmisión.
En la imagen, ejemplo de volante motor monomasa convencional.
Estas vibraciones provocan principalmente dos efectos no deseados, el primero de ellos, es el ruido en la caja de cambios. Generalmente es un ruido pronunciado que, junto con la resonancia del mismo cuerpo de la caja, provoca un zumbido bastante molesto. Este problema puede aumentar aún más cuando exigimos al motor su máxima potencia. El segundo, son las mismas vibraciones que pasan del motor por el embrague a la caja de cambios y transmisiones. Estas vibraciones, a medio y largo plazo, provocan averías costosas del mismo motor, embrague, caja de cambios y transmisiones.
Resumiendo, estos ruidos y vibraciones reducen la comodidad y aumentan la fatiga del conductor y la posibilidad de averías mecánicas, por lo que es de agradecer que los fabricantes de automóviles los eliminen.
Estos problemas surgen como consecuencia de un par motor fluctuante. Este es el resultado de la combustión independiente de cada cilindro mientras el motor está en funcionamiento, y esta salida fluctuante de par, aumenta la carga de trabajo en la transmisión. Este problema puede contrarrestarse usando un volante bimasa, pues sirve para minimizar la naturaleza errática de las fuerzas entre el motor y la transmisión. En consecuencia, se reduce el exceso de carga de trabajo en transmisión y eliminamos ruidos y vibraciones.
En la imagen, ejemplo de volante de doble masa o bimasa.
También, los propios bimasas pueden reducir las fuerzas que actúan sobre el mismo volante motor debido a su diseño y construcción. Un volante y embrague convencional son un conjunto de piezas bastante rígidas y pesadas atornilladas al mismo eje del cigüeñal del motor, generando fuerzas significativas durante su funcionamiento. Sin embargo, un volante bimasa que igualmente está rígidamente fijado al cigüeñal, es mucho menos pesado y con elementos móviles, por tanto más llevadero para el trabajo del motor, lo que reduce la tensión sobre él.
En la imagen, ejemplo de bimasa unido al cigüeñal del motor.
Los bimasas no son una innovación reciente, ya que las primeras producciones llegaron principalmente a finales de la década de los 80 y comienzo de los 90, sobre todo con los nuevos motores diésel de inyección directa y turbo de geometría variable.
Hubo una gran cantidad de razones que estimularon su desarrollo; por un lado, los rendimientos cada vez mayores del motor y en consecuencia el aumento de su potencia, con par motor más elevados y a menos rpm; por otro, motores con menos cilindros, lo cual hacían sus cuerpos más ligeros y eficientes.
Todos estos cambios daban como resultado una mayor vibración y resonancia.
En la imagen, ejemplo de motor de 3 cilindros con su bimasa acoplado.
Un motor de cuatro tiempos, debido a sus ciclos de combustión intermitentes, no es lo más suave del planeta, y estos eventos de combustión periódicos hacen que la salida del par motor fluctúe, lo que transmite una vibración a través de la transmisión y el resto del automóvil.
El volante bimasa, que es un tipo de amortiguador de torsión, está diseñado para reducir la conducción de estas vibraciones entre el motor y la transmisión, eliminando los efectos secundarios no deseados.
A diferencia de un volante sólido estándar, un volante bimasa consta de dos piezas separadas. Estas se llaman masa primaria y masa secundaria y, gracias a un rodamiento en el medio, las dos masas pueden rotar una contra la otra. La masa primaria, que presenta la corona dentada requerida para arrancar el motor con el motor de arranque, está atornillada directamente al eje del cigüeñal del motor. La masa secundaria, está acoplada al conjunto del embrague, el cual transmite el accionamiento y trabajo a la transmisión.
En la imagen, interior de un bimasa. La parte gris corresponde a la masa primaria con sus resortes unida al cigüeñal. En negro, la masa secundaria con su pista de fricción para el disco de embrague.
Alrededor del borde de la masa primaria hay un canal en el que se ubican una serie de grandes resortes. Los extremos de estos resortes sobresalen por encima de los topes de retención. Unida a la masa secundaria hay una brida. Las alas de esta brida se asientan entre los resortes, lo que permite que la transmisión se transmita de una masa a otra.
Estos resortes montados radialmente amortiguan los movimientos entre las dos masas, lo que significa que la salida del movimiento al embrague y la caja de cambios está libre de vibraciones excesivas. También pueden absorber parte del aumento inicial del par motor, lo que resulta en una entrega de potencia más suave y una acción de embrague más refinada.
Sin embargo, se requiere de un diseño y ajustes cuidadosos por parte de los fabricantes para eliminar gradualmente las vibraciones no deseadas, y se pueden usar diferentes números y configuraciones de resortes para proporcionar una amortiguación mejorada a varias velocidades.
Los bimasas no solo se usan en transmisiones manuales, también los encontramos en transmisiones de doble embrague y automáticas, integradas entre el motor y la caja de cambios para reducir las vibraciones.
Como pega, hay algunas desventajas en los bimasas. Principalmente, son mucho más complicados que sus hermanos convencionales y, en consecuencia, mucho más caros. Como contienen partes móviles, también suelen ser propensos a más averías, particularmente en motores diésel con vibraciones y par motor elevado a bajo régimen, así que sus reemplazos pueden ser relativamente costosos.
Una ventaja en los últimos tiempos es que los principales fabricantes de embragues como Luk, Sachs o Valeo están produciendo bimasas que son fáciles de instalar para los mecánicos y no requieren de herramientas especiales para su cambio, lo que significa una reducción significativa de los costes de la reparación.
Valeo también ha introducido recientemente un nuevo tipo de bimasa, en el que en lugar de una serie de resortes entre los dos volantes, se utilizan dos cuchillas de amortiguación de vibraciones. El resultado es un bimasa increíblemente duradero que significará menores costes de mantenimiento para los conductores.
En algunos casos, principalmente los profesionales del taxi, los propietarios vuelven a los volantes convencionales de masa simple, cambiando el conjunto de embrague bimasa por el denominado cuatro piezas que sustituye el bimasa por un volante motor monomasa convencional.
En la imagen, interior de un bimasa con el nuevo sistema de Valeo.
Sí, y lo han hecho durante muchos años. En 1997, por ejemplo, el grupo tecnológico alemán Schaeffler, indicó que más del 75% de los nuevos automóviles con motor de gasolina con motores de más de dos litros de cilindrada montaban un bimasa. El diésel no se quedó atrás, con un 67% montandolo. Y año tras año estas cifras van en aumento, comprendiendo actualmente casi un 90% en ambos combustibles.
Sin embargo, debido al mayor grado de vibración y los par motor más grandes producidos por los motores diésel, los bimasa eran más comunes en los motores de menor cilindrada. En 1997, las cifras mostraron que el 17% de los motores de gasolina con menos de dos litros de cilindrada usaban un bimasa, mientras que el 21% de los motores diésel de esa clase lo presentaban. Actualmente ronda un 40% en motores de gasolina y un 80% en motores diésel.
A medida que la demanda de los clientes para mejorar el confort de marcha ha aumentado, incluso en automóviles más pequeños y económicos, el uso del bimasa ha seguido extendiéndose. Esto se debe en parte a la reducción de costos a medida que la producción ha aumentado y la tecnología se ha generalizado.
En la imagen, bimasa acoplado al eje del Cigüeñal.
¿Hay algo que no funciona del todo bien cuando cambias de marcha o presionas el pedal del embrague? Sabes que hay un problema con la transmisión, pero no estás seguro de qué. Aquí le mostramos cómo saber si su bimasa está defectuoso.
Diagnosticar un volante bimasa que falla a veces puede ser un poco complicado, ya que la mayoría de los síntomas también pueden significar otros problemas con el embrague en sí. Una buena evaluación implicará una inspección visual de todos los componentes una vez separada la caja de cambios del motor, pero si tiene alguno de los siguientes síntomas, entonces su bimasa podría ser el responsable.
Si escucha muchos sonidos de cascabeleo o golpes en el motor (imagina el ruido que haría una lavadora en funcionamiento con su tambor vacío de ropa pero con unas piezas metálicas en su interior), lo más probable es que el bimasa de su automóvil tenga holgura y esté defectuoso. Estos ruidos pueden llegar a ser muy fuertes. Dado el caso, lo mejor es reemplazar el bimasa lo antes posible si no se quiere dañar otros elementos del motor y la caja de cambios.
Cuando al acelerar su vehículo, si observa que el motor gira a más revoluciones de lo que su automóvil se desplaza, tendrá un signo inequívoco de que su embrague patina, seguramente debido al desgaste. Esto generalmente ocurre al principio en las marchas más largas, cuando le exigimos al vehículo que haga fuerza. Posteriormente el problema irá a más, hasta que se produzca en todas las marchas. Ahora bien, ¿el culpable es el disco del embrague o del mismo bimasa?
A veces, cuando un embrague patina demasiado, se produce un fuerte olor a ferodo quemado. Si esto no sucede, es posible que el culpable sea el bimasa, ya que su pista de fricción esté defectuosa por el uso y el tiempo, aunque lo normal, es que sea el disco de embrague el que patine por desgaste y uso.
Estas vibraciones generalmente se pueden sentir en la carrocería del automóvil con un vaivén hacia delante y atrás o de lado a lado, según esté colocado el motor de su vehículo, y se deben al fallo de los resortes y otros componentes internos del bimasa. Esto conduce directamente a la incapacidad del volante para amortiguar los temblores con el uso y el tiempo. Lo mejor es reemplazarlo lo antes posible, pues a parte de ser un síntoma molesto para la conducción, generará a corto plazo averías costosas, principalmente al motor.
Si tiene alguno de estos síntomas, es hora de inspeccionar visualmente el embrague y el volante bimasa por su mecánico y considerar ya su cambio.
Los volantes bimasa han demostrado ser un elemento primordial en la reducción de la vibración y el ruido, por ello, ahora uno de cada dos vehículos que salen de las líneas de montaje de las fábricas están equipados con un bimasa. Lo más probable es que tenga uno en su automóvil en este momento.
A medida que los fabricantes como Luk, Sachs o Valeo continúan desarrollando la tecnología bimasa, aumentando su durabilidad y reduciendo su coste, los bimasa son ya una parte importante de los sistemas de tren motriz y automotriz en los próximos años, al menos mientras duren los motores de combustión interna.