6 coches de película, que no tienen un oscar pero deberían.

Marina Saez Rodriguez

6 coches de película (que no tienen un Oscar pero deberían).

Los automóviles han sido, a lo largo de la historia del cine, protagonistas y el eje central de la trama de muchas películas.

Coches pequeños, deportivos o “tuneados” para la ocasión, que la gran pantalla ha convertido en símbolos culturales y objetos fetiche para coleccionistas. Todos recordamos míticas escenas a bordo de ellos y hemos soñado con ponernos al volante de estos emblemáticos coches.


Un icono cultural.

Si hay un coche que se ha convertido en un icono cultural para muchas generaciones ése es el DeLorean DMC-12 en el que Marty McFly viajaba a través del tiempo en la saga de películas “Regreso al futuro”.

6 coches de película, que no tienen un oscar pero deberían.

Este automóvil deportivo fue fabricado por DeLorean Motor Company (DMC) entre 1981 y 1982. Un coche con un diseño tan original y vanguardista, con puertas en forma de “alas de gaviota” y carrocería completa de aluminio, como buscaba su creador John DeLorean, un trabajador de la industria automovilística a mediados de los años 70. Un coche muy llamativo en esa época y el único modelo de coche que fabricó dicha compañía. En 2007 se estimaba que aún existían 6500 de ellos alrededor del mundo, pero claro, éstos no tienen un condensador de fluzo en su interior.

En 1985, año del estreno de la película en España, los espectadores se quedaban fascinados al descubrir este mítico coche convertido en una máquina del tiempo. De los siete vehículos que se modificaron para la trilogía, solo quedan tres: dos se subastaron hace más de diez años en EE UU, uno por valor de 600.000 dólares y otro por 250.000 dólares que fue adquirido por un coleccionista de automóviles español; el tercero se expone en los Estudios Universal.


Nunca un coche tan pequeño fue tan famoso.

6 coches de película, que no tienen un oscar pero deberían.

Herbie es quizás el coche más famoso de todos, pues protagonizó hasta seis comedias con bastante éxito. Este desenfrenado Volkswagen Beetle rodó su primera película en 1968 y su asiento ha sido ocupado por diferentes protagonistas a lo largo de sus películas.

Para todos los amantes del cine de cierta edad, Herbie es fácilmente recordado con su número 53 y sus rayas rojas, blancas y azules. Además, le espera un futuro prometedor, Disney planea realizar una serie de televisión con este coche tan simpático.

Existen siete Herbies originales fabricados para la factoría Disney y en 2012 uno de sus propietarios puso a la venta uno de ellos por unos 108.00 euros. Un buen precio para una estrella de cine.


Soy Martin, Aston Martin.

6 coches de película, que no tienen un oscar pero deberían.

En todas las películas de James Bond, el espía más elegante de todos los tiempos conduce coches de lujo que son auténticas piezas de colección. Quizás el más famoso y deseado sea el Aston Martin DB5. Este icónico coche deportivo apareció en siete películas; la primera de ellas en la película de 1964 ‘Goldfinger’, la tercera de la saga. A partir de aquí, comenzó una gran relación cinematográfica entre el fabricante de automóviles británico y el agente secreto.

Este Aston Martin DB5, fabricado de 1963 a 1965, tiene 282 CV de potencia y una velocidad máxima de 230 km/h. Su interior es lujoso pero sobrio y con unas prestaciones innovadoras para su época, con ventanillas eléctricas, interior de cuero y madera en el volante. Seguro que conducir este gran turismo es el sueño de muchos fans de la saga.

 


Un espléndido coche escondido.

6 coches de película, que no tienen un oscar pero deberían.

“Dar cera, pulir cera”, decía el señor Miyagi. Tanto trabajo encerando coches le dio a Daniel Larusso sus frutos, no sólo aprendió karate sino que obtuvo un deslumbrante coche. ¿Quién no recuerda en Karate Kid ese maravilloso automóvil amarillo que le regala el Señor Miyagi a Daniel San?

Con este Ford Super Deluxe de 1947 Daniel tiene una cita con Ali, interpretada por Elisabeth Shue. Este cochazo estuvo en el centro de muchas escenas a lo largo de la película y es que el señor Miyagi almacenaba auténticos tesoros en su patio trasero a los que sólo les hacía falta un poco de pulido para relucir.

Cuenta la leyenda que ese coche también fue un regalo fuera del rodaje, pues los productores se lo regalaron a Ralph Macchio (el actor que interpretaba a Daniel) al acabar la película y todavía lo conserva. ¡Qué suerte la suya!


Conducir hasta la libertad.


6 coches de película, que no tienen un oscar pero deberían.

En Thelma y Louise, una road movie rodada en 1991 por Ridley Scott, el coche podría considerarse un personaje más de la película. Este maravilloso Ford Thunderbird 1966 llevó a las protagonistas (Geena Davis haciendo el papel de Thelma y Susan Sarandon, el de Louise) hacia uno de las finales más valientes y tristes de la historia del cine.

Este coche descapotable simbolizaba la libertad, pues las dos mujeres intentando escapar de su rutina y de una mala situación familiar planean un viaje de fin de semana, pero un desafortunado incidente las convierte en fugitivas. El film se basa en esa huida a bordo del Ford color turquesa, donde las actrices pisan el acelerador a fondo por las carreteras de Estados Unidos hasta un sorprendente final en el Gran Cañón.

Hasta cinco coches se llegaron a utilizar en el rodaje de la película. Uno de estos automóviles se vendió en 2008 por 65,000 dólares en una subasta en Italia. Del resto, poco se sabe.


Un “Gran” coche para un gran personaje.


6 coches de película, que no tienen un oscar pero deberían.

El modelo Gran Torino de Ford da título a esta película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood en el año 2008. La historia narra la historia de Walt Kowalski un antiguo veterano de guerra malhumorado e inflexible que parece odiar a todo el mundo menos a su clásico automóvil por el que siente pasión.

A diferencia de la mayoría de los coches que se utilizan en los rodajes de películas, éste es 100% real. El equipo de producción de Eastwood encontró el automóvil en Internet y Warner Brothers, la productora, lo compró a través de un concesionario de automóviles en eBay. El antiguo propietario nunca supo que su automóvil era el elegido para salir en la gran pantalla hasta que se estrenó la película.

El automóvil de 1972 solo sufrió un retoque para la filmación, se cambió el parachoques para que fuera cromado. Una vez finalizado el rodaje, Eastwood compró el Gran Torino para su colección personal.


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